sábado, 19 de noviembre de 2016

Las Hespérides

El drago es una planta autóctona de Canarias. Actualmente se encuentra con relativa abundancia en las Islas. En los últimos años el número de ejemplares ha aumentado considerablemente por su popularidad como planta ornamental y simbólica. Se trata de un árbol de tronco grueso y con la copa llena de ramas espesas, cuyas hojas tienen forma de espada. Sus flores son numerosas y pequeñas. Cada una consta de seis pétalos y su fruto es una baya amarillenta. La madera del drago es esponjosa y ligera.
La fama de este árbol deriva de su longevidad, pero especialmente de la resina o jugo que segrega este árbol de su tronco, que se condensa y adquiere el color de la sangre. A este líquido se le atribuyen muchas propiedades curativas. Ya los romanos conocían la sangre de Drago y venían en busca de ella a las islas para usarla con fines medicinales. Debido a esto es por lo que quedan pocos ejemplares de gran edad ya que su savia ha sido extraída con fines medicinales, lo que ha producido el deterioro de la planta. Además, los guanches daban a este árbol un carácter totémico, es decir, consideraban al árbol como un fetiche protector.
Asimismo, en torno a este árbol rondan muchos mitos, siendo el más famoso el que identifica al árbol con el mítico dragón que guardaba las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Cuenta el mito que más allá de las Columnas de Hércules (situadas en el Estrecho de Gibraltar) se encontraba el famoso Jardín de las Hespérides. Las Hespérides eran siete ninfas (deidad menor femenina) que algunas tradiciones míticas las sitúan en las Islas Canarias y cultivaban un Jardín magnífico, con árboles cargados de manzanas de oro que excitaban la codicia de hombres y dioses. Un dragón con siete cabezas se encargaba de custodiar la preciada fruta y se hallaba en la entrada del jardín con los ojos siempre abiertos.
Euristeo le había ordenado a Hércules realizar Doce Trabajos y uno de ellos era robar las manzanas de oro. Hércules tuvo que sortear muchos peligros, pero lo peor fue enfrentarse al dragón que custodiaba el jardín. Tras una dura pelea logró matarlo y apoderarse de las manzanas de oro. Las Hespérides le advirtieron que los dioses no lo permitirían y que las manzanas volverían a su lugar. Cuando Hércules llevó las manzanas a Euristeo, le comentó la advertencia hecha por las Hespérides, por lo que el astuto Euristeo se las regaló a Hércules como premio por su valor. Este inmediatamente se las llevó a la diosa Atenea que las restituyó en su lugar.

A las Hespérides también se les da el nombre de Atlántidas o Pléyades. Todas se casaron con dioses o héroes y después de su muerte fueron colocadas en el firmamento formando la constelación de las Pléyades.

lunes, 14 de noviembre de 2016

El Drago de Icod de los Vinos

El drago de Icod (Dracaena Draco) está considerado como uno de los seres vivos más viejos del mundo, con una edad estimada de 800 a 1000 años, una altura de más de 16 metros y se sostiene sobre una base de 20 metros de perímetro.
El Drago Milenario es monumento nacional desde 1917, y es, junto con el Teide, un símbolo altamente representativo de Canarias. Su imagen aparece en numerosas obras pictóricas y ha sido impresa en billetes de 1.000 pesetas y en sellos de Correos.
El parque que rodea el entorno del Drago en Icod de los Vinos fue diseñado entre los años 1997 y 2000, con una extensión superior a las tres hectáreas constituye un singular espacio botánico de plantas autóctonas de Canarias. A lo largo de su recorrido se encuentra representada la vegetación potencial de la zona sobre la base de los pisos bioclimáticos de la comarca icodense
Una leyenda sobre el Drago de Icod narra lo siguiente:

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo desembarcó en la playa de San Marcos de Icod un mercader procedente de tierras mediterráneas en busca de “sangre de drago” (Se trataba de la savia de dicho árbol que por aquel entonces era un producto utilizado en algunos productos farmacéuticos). Cuando llegó a la playa sorprendió a unas jovenes guanches que se bañaban solas en el mar siguiendo el rito tradicional. Inmediatamente comenzó a perseguirlas y logró apoderarse de una de ellas. La joven viéndose capturada intentó cautivar su corazón ofreciéndole manjares de la tierra. El navegante que venía en busca de la “sangre de Drago” y que traía en su imaginación el viejo mito griego de las Hespérides, le pareció que los frutos que le ofrecía la joven eran las míticas manzanas del Jardín de las Hespérides. Mientras comía dando rienda suelta a sus pensamientos, ella aprovechó para escaparse, cruzó el barranco y se refugió en un bosque cercano. El la persiguió, pero de pronto se dio cuenta de que algo se interponía entre él y su presa: era un árbol, que majestuoso meneaba sus ramas como si de espadas se trataran. Su tronco se semejaba a una serpiente y en su interior se ocultaba la doncella guanche. El navegante, asustado, le lanzó al supuesto monstruo una flecha que al clavarse en el árbol hizo que de este brotara sangre líquida de Drago. Confundido y atemorizado huyó despavorido hacia el mar y rápidamente se subió a la barca y y comenzó a alejarse de la costa ya que estaba convencido de que había sorprendido en el jardín a una de las Hespérides a la que salió a defender el mítico Dragón.

martes, 8 de noviembre de 2016

TRADICIONES ESTUDIANTILES: LA FUGA DE SAN DIEGO

Cuentan las crónicas que en marzo del año 1919 llegó al Instituto de Canarias, sito en La Laguna un catedrático de Física y Química, procedente de la península, con fama de hueso que al final de curso, la acreditó. Al mes de comenzar el curso siguiente, comunicó a sus alumnos la fecha para un examen, el 13 de noviembre, armándose un fuerte alboroto en la clase, preguntando el motivo -los alumnos le comentaron que ese día se celebraba cerca del Instituto, junto a un monte cercano, la romería de San Diego y era costumbre, aceptada por la dirección, tomarse el día de campo.
Don Diego Ximénez de Cisneros, así se llamaba el cátedro, les dijo que él tenía otra tradición: poner un examen en su onomástica y celebrarlo así con sus alumnos. Ante la intransigencia del profesor, los alumnos acordaron establecer el día de San Diego, día de FUGA y asistir a la romería del santo cercano. En los encerados de clase se escribió a modo de soflama:
"Día de San Diego
fuga general
las buenas costumbres
hay que respetar"
Dicen que el director del centro, Don Agustín Cabrera Díaz con cara de pocos amigos, hizo la vista gorda, y hala... todos a la romería. Al curso siguiente se reprodujo la jugada, pero esta vez en los encerados y pizarras, se leía:
"Día de Don Diego
cero general
la malas costumbres
se han de terminar".
No se amedrentó nadie, ni los becarios...y así se repitió en los cursos sucesivos, originando la tradición de la Fuga de San Diego, que cumple este noviembre 97 años y lo que empezó en el Instituto de Canarias (hoy, Cabrera Pinto) se extendió en los 60 a las facultades y colegios universitarios de La Laguna.

Actualmente la fuga está "permitida" en toda Canarias y a todos los niveles educativos. Aunque ha desaparecido la Romería de San Diego en La Laguna se está organizando de manera racional por parte de algunos institutos.

martes, 1 de noviembre de 2016

Día de todos los Santos y Halloween

El Día de Todos los Santos se celebra el 1 de noviembre. Es una tradición católica instituida en honor a todos los santos, conocidos y desconocidos, según el papa Urbano IV (siglo XII), para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles. En diversos lugares del mundo se celebra la tradición de honrar y traer a la memoria a las personas que han muerto. El día 2 de noviembre la Iglesia celebra la conmemoración de todos los fieles difuntos (finados). La base teológica de la fiesta es la doctrina de que las almas que al salir del cuerpo no están perfectamente limpias de pecados veniales o no han reparado totalmente las transgresiones del pasado, son privadas de la visión beatífica, y que los creyentes en la tierra pueden ayudarles con las oraciones, la limosna y sobre todo por el Sacrificio de la Misa.
En las Canarias fueron introducidas estas fiestas por los conquistadores junto con el resto de tradiciones católicas.
Halloween es una fiesta de origen pagano que se celebra la noche del 31 de octubre, víspera del Día de Todos los Santos, y que tiene sus raíces en el antiguo festival celta* conocido como Samhain (pronunciado "sow-in"), que significa "fin del verano" y se celebraba al finalizar de la temporada de cosechas en Irlanda para dar comienzo al "año nuevo celta", coincidiendo con el solsticio de otoño. Tiene mucha tradición en los países anglosajones.
Durante esa noche se creía que los espíritus de los difuntos caminaban entre los vivos, y se realizaban fiestas y ritos sagrados que incluían la comunicación con los muertos. Además, era habitual colocar una vela encendida en las ventanas para que los muertos "encontrasen su camino".
Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición a América del Norte durante la Gran hambruna irlandesa de 1845. Actualmente se celebra en muchas partes del mundo.
Reflexionemos sobre lo siguiente. Si en 1797 el ataque de Nelson a Tenerife hubiera concluido con buen fin para los ingleses quizá estaríamos celebrando de manera tradicional la fiesta de Halloween y no la de los difuntos.

* Celta: Cultura de origen indoeuropeo establecida en Europa el tercer milenio a. de C. 

SOLICITUD DE PLAZA PARA FORMACIÓN BÁSICA DE PERSONAS ADULTAS O BACHILLERATO. Alumnado nuevo ingreso