La
fecha elegida por los bodegueros canarios para la apertura de las
bodegas para catar los nuevos caldos, es la del 30 de noviembre, día
de San Andrés, Santo por el que muchos isleños sienten gran
devoción. ¿O será
a la cita obligada a las bodegas con los amigos y allegados para
“dar el visto bueno” al vino nuevo? Se dice de San Andrés, que
le gustaba tanto el vino (se le considera el Baco de los cristianos),
que llegó tarde el Día de Todos los Santos, el primero de
noviembre, y fue castigado a celebrar su día a final de mes, el 30.
Los
que más devoción profesan a San Andrés, son los bodegueros
de la isla de Tenerife. Ya sabemos como presumen (y con razón) de
contar con una bodeguita particular en la que atesorar el caldo que
dan las uvas cuidadas durante todo el año en las no menos cuidadas
tierras tinerfeñas.
De
Norte a Sur, todas las bodegas de Tenerife tienen a sus visitantes y
sus buenas comidas: garbanzas, carne-fiesta, pescado salado,
castañas... Y música de parrandas. Con suficiente antelación son
invitados los mejores parranderos de la isla a probar los vinos de
las cientos de bodegas repartidas por toda la isla. Éstos, los
tocadores y cantadores, se tienen que organizar para estar en varias
bodegas la misma noche, para no quedar a mal con nadie. Y claro, nos
podemos imaginar cómo se termina. De parranda durante varios días.
Fiesta
de las Tablas de Icod de los Vinos
Cada
29 y 30 de noviembre el pueblo de Icod se arrastra sobre tablas. La
tradición surge por el antiguo trabajo de la madera. Los animales de
carga transportaban una persona que iba colocada en la parte
posterior de los tablones y que dirigían la madera ayudados de unos
remos de faya (haya) o brezo, que les servía para frenar al final
del trayecto, esquivar las piedras o dar mayor velocidad, recorriendo
desde la zona alta del Amparo hasta el mar. La tradición sigue más
viva que nunca y cada año cobra más fuerza y protagonismo. No es
una fiesta religiosa y si una celebración de carácter lúdico
aunque coincide con San Andrés y la apertura de las bodegas.
Las
tablas, de distintas dimensiones se elaboran normalmente en madera de
tea, cubriéndolas de grasa para que alcancen más velocidad durante
el arrastre. El origen de la fiesta de las Tablas se sitúa muy
posiblemente en el siglo XVI, época en la que existió un aserradero
en las zonas altas de Icod, desde donde se bajaba la madera rodando
hasta llegar al muelle de San Marcos para la fabricación de
embarcaciones.

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