El
conjunto de prácticas que podemos agrupar bajo la denominación de
palo canario, se basa en una esgrima entre dos jugadores con un palo
en las manos. En cualquier caso, los juegos de palo y garrote
o lata son dos actividades que debemos a los aborígenes
canarios y que fueron consecuencia de la evolución de actividades
bélicas.
La
diferencia entre las modalidades de juego existentes viene
determinada por el tamaño del palo, distinguiéndose tres
modalidades: palo chico, palo mediano y garrote
o palo grande.
Los
antiguos los utilizaban también como juego en las bodas y en la
fiesta del Beñesmen. Del resto del uso del palo con un
carácter lúdico poco conocemos, y menos aún lo que significó la
transculturización de esta actividad.
El
palo siempre ha ido asociado a unas funciones determinadas, que
podemos resumir en defensa, manejo de animales y apoyo para deambular
por los caminos y barrancos.
Las
diferencias que encontramos en los juegos que tienen en común un
palo vienen determinadas por el tamaño de este y por la forma de
entenderlo y enseñarlo. Respecto al tamaño, se distinguen tres
tipos: palo chico, corto o macana; palo mediano o vara;
y palo grande, lata, astia, lanza o garrote. En lo que
concierne a la forma de entender el palo, se ha transmitido a través
de escuelas, que han conservado también sus propias técnicas.
El
juego del palo es, en definitiva, una esgrima, cuyo espacio está
definido por los jugadores, compuesto por un conjunto de técnicas
rápidas que lo hacen muy vistoso, y que no posee una forma explícita
de terminación, viniendo ésta determinada por el control del hombre
de respeto u hombre bueno, o bien por resultar evidente para los
practicantes quién es superior.
Los
buenos jugadores de palo suelen ser aquellos que no se desplazan, o
lo hacen poco, y utilizan técnicas efectivas y no movimientos
preestablecidos, rayando más en la danza, que es la ejecución del
jugador inexperto. En el palo mediano o vara es muy espectacular oír
silbar el palo cuando se desplaza. El juego del palo es una práctica
vertiginosa, que hace introducirse poco a poco a los contendientes y
necesita la presencia del hombre bueno. Esta figura no está
institucionalizada, pero es conveniente su presencia, ¿cuándo?,
esto lo sabe el maestro, o los asistentes ocasionales. Como hemos
tenido ocasión de escuchar, el hombre de respeto es para cuando los
palos se calientan... En pura esencia, debemos afirmar que es juego
porque los jugadores intentan marcar y no golpear; en este control
reside el componente lúdico.
Hay
muchas técnicas, para los diferentes tipos de palo.

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