viernes, 27 de abril de 2018

Día de la Madre


La celebración del Día de la Madre es una de las fechas más señaladas por todos en el calendario año tras año. “Madre no hay más que una”, y es la oportunidad perfecta para ensalzar y premiar todo el cariño y sacrificio que ofrecen a los hijos cada día, durante todos los días del resto de sus vidas. Pero, ¿de dónde procede la celebración de esta festividad?
Las primeras celebraciones del Día de la Madre se remontan a la antigua Grecia, cumpliendo su papel de cultura seminal que ha servido de base a la civilización occidental. En este época, sus contemporáneos rendían honores a Rea, hermana y esposa de Crono, y madre de Zeus, Poseidón y Hades. Sin embargo, y según Homero, Rea simbolizaba la madre de los dioses y no una madre universal, como podría serlo la diosa Cibeles.
Precisamente, fue la divinidad de Cibeles a quien honraron los romanos que, a su vez, adquirieron la costumbre de los griegos. Estos, nombraron la conmemoración del día como la Hilaria y la dataron el 15 de marzo, que era cuando los feligreses se disponían a realizar ofrendas en el templo de la diosa de la Madre Tierra.
Varios siglos después, los católicos transformaron esas celebraciones politeístas para distinguir la figura de la Virgen María como la madre de Jesús y de todos los cristianos. En el santoral católico se asignó el 8 de diciembre; coincidiendo con la fiesta de la Inmaculada Concepción y aprovechando la solemnidad para elogiar ambos acontecimientos.
Pero la verdadera concepción terrenal del Día de la Madre se fraguó en 1873 por la poetisa y activista Julia Ward Howe. Esta defensora de los derechos de las mujeres escribió la Proclama del Día de la Madre y, durante un par de años, consiguió que mujeres de 18 ciudades estadounidenses se reunieran en torno a la festividad. La ciudad de Boston continuó celebrando el Día de la madre durante una década, pero sería Ana Jervis -movida por el reciente fallecimiento de su madre- la que aplicaría todos sus esfuerzos para fechar la celebración el 12 de mayo de 1907.
Finalmente, y siete años después de la propuesta de Jervis, la idea llegaría a manos del presidente de EE.UU. Woodrow Wilson, quien determinaría el Día de la Madre en Estados Unidos en el segundo domingo de cada mes de mayo.
Muchos han sido los países que se fueron uniendo poco a poco y haciendo eco de la festividad. Como curiosidad, destacar que España mantuvo su celebración el día 8 de diciembre hasta 1965, fecha en la cual pasó a celebrarse el primer domingo de mayo tal y como lo conocemos hoy. El hecho de que se celebre en mayo no es casual pues este mes es el quinto mes del año y el mes de la Virgen María, madre de Dios.

sábado, 21 de abril de 2018

El Camino del Hermano Pedro


Los caminos del Sur conducen el 21 de abril hasta la cueva del Hermano Pedro”
Se prevé que alrededor de 2.000 personas transiten por la ruta de 19 kilómetros que recorría el santo canario en el siglo XVII con sus cabras entre Vilaflor y la costa granadillera.
La comarca de Chasna rememorará hoy al Hermano Pedro, su figura más venerada, con una caminata entre Vilaflor y la costa de Granadilla en recuerdo a la ruta que realizaba el religioso tinerfeño con su rebaño de cabras en el siglo XVII, antes de partir hacia Guatemala, donde fundaría la orden de los Bethlemitas, que le llevaría a ser declarado primer santo canario.
Se calcula que alrededor de 2.000 personas participarán en la decimotercera edición (21/04/2018) del Camino del Hermano Pedro, un recorrido que combina historia, espiritualidad, paisaje y cultura a través de un corredor ambiental que tendrá como punto de partida la iglesia de San Pedro Apóstol, en el pueblo natal de Pedro de San José de Betancur, Vilaflor, a las 7 de la mañana y que concluirá alrededor del mediodía en la cueva en la que se venera al santo, muy próxima de donde llevaba al rebaño para beber agua. En total son casi 19 kilómetros de ruta a través de bancales, nateros, huertos frutales, pinares, tabaibas y cardones.
Al Camino del Hermano Pedro no solo se le atribuye el valor de ser la vía de trashumancia que recorría con sus cabras el primer santo de Canarias entre los municipios de Vilaflor y Granadilla, sino que se encuadra en un conjunto de senderos tradicionales de gran interés histórico que ya figuraban en los mapas del siglo XVIII.
Tanto la alcaldesa de Vilaflor como el regidor de Granadilla destacaron en la víspera el significado cultural, patrimonial y religioso del camino, que hoy transitarán peregrinos llegados desde distintos puntos de la isla de Tenerife. Agustina Beltrán y José Domingo Regalado insistieron ayer en pedir precaución a todos los participantes y respeto al entorno natural.
Más de medio centenar de personas conforman el plan de autoprotección para garantizar la seguridad de los senderistas. Las alcaldías de Vilaflor y Granadilla de Abona, únicos municipios por los que transcurre el Camino del Hermano Pedro, trabajan conjuntamente para que la ruta se consolide como un camino de peregrinaje permanente, es decir, que el camino, más allá de que se transite en abril, coincidiendo con el aniversario del fallecimiento del fundador de la orden Bethlemita, esté abierto y acondicionado los 365 días del año.

domingo, 15 de abril de 2018

El Hermano Pedro


El Beato Pedro de San José Betancur nace en Vilaflor de Tenerife el 21 de marzo de 1626 y muere en Guatemala el 25 de abril de 1667. Pedro de Betancur era descendiente de guanches y canarii (antiguos aborígenes de las islas de Tenerife y Gran Canaria respectivamente) y repobladores castellanos en el Tenerife del siglo XVI. La niñez de Pedro transcurrió en la bella campiña de Vilaflor, tranquila y alejada del mundo. Era un niño modesto, callado, tal vez un poco retraído, pero de constitución fuerte por sus trabajos en el campo. Desde muy pequeño tuvo predilección por las cosas de Dios, orando todo el tiempo, incluso cuando estaba en el campo cuidando del rebaño de cabras de su padre.
La familia Betancur no poseía dinero, eran de abolengo pero de pocos recursos. Su padre tenía tierras y cabras, que perdió en manos de un usurero, habiendo aceptado que Pedro, entonces de 12 años, entrada al servicio de tal persona como condición para recuperarlas. Varios años estuvo Pedro en esta condición, que desempeñó con toda humildad y fidelidad. De su vida en Tenerife existen algunos datos anecdóticos, como su permanencia en la famosa cueva que lleva su nombre, situada en El Médano en el sur de la isla, que utilizaba Pedro tanto como refugio con su ganado durante el invierno, como lugar de oración e incluso como escondite para resguardarse de una razia pirata, tan abundantes en las costas canarias en aquella época.
A los 23 años abandonó su tierra natal, se embarcó hacia América saliendo desde el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Apenas desembarcado en el Nuevo Mundo, una grave enfermedad lo puso en contacto directo con los más pobres y desheredados. Recuperada inesperadamente la salud, quiso consagrar su vida a Dios realizando los estudios eclesiásticos pero, al no poder hacerlo, profesó como terciario en el Convento de San Francisco, en Guatemala, con un bien determinado programa de revivir la experiencia de Jesús de Nazaret en la humildad, la pobreza, la penitencia y el servicio a los pobres.
Construyó un oratorio, una escuela, una enfermería, una posada para sacerdotes que se encontraban de paso por la ciudad y para estudiantes universitarios, necesitados de alojamiento seguro y económico. Recordando la pobreza de la primera posada de Jesús en la tierra, llamó a su obra «Belén». Otros terciarios lo imitaron, compartiendo con el Beato penitencia, oración y actividad caritativa: la vida comunitaria tomó forma cuando el Beato escribió un reglamento, que fue adoptado también por las mujeres que atendían a la educación de los niños; estaba surgiendo aquello que más tarde debería tener su desarrollo natural: la Orden de los Bethlemitas y de las Bethlemitas, aún cuando éstas sólo obtuvieron el reconocimiento de la Santa Sede más tarde.
Muere apenas a los 41 años el que en vida era llamado «Madre de Guatemala». A más de tres siglos de distancia, la memoria del «hombre que fue caridad» es sentida grandemente, viva y concreta, en su nativa Tenerife, en Guatemala y en todos los lugares donde se conoce su obra. El Hermano Pedro fue Beatificado solemnemente por Vuestra Santidad el 22 de junio de 1980, en un acontecimiento de incalculable valor pastoral y eclesial para Guatemala y para toda América.
Más en:
http://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/ns_lit_doc_20020730_betancurt_sp.html
- https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_de_San_Jos%C3%A9_de_Betancur

domingo, 8 de abril de 2018

Museo de la Ciencia y el Cosmos


El Museo de la Ciencia y el Cosmos no es un museo tradicional. Pertenece a una generación de museos de ciencia cuyo objetivo ya no es simplemente mostrar realizaciones científicas y técnicas de una época o de un lugar, ni tampoco demostrarlas añadiendo una voluntad pedagógica y cultural a la conservación y presentación de ese patrimonio.
El objetivo de estos museos es comunicar la ciencia, valiéndose para ello de todos los medios disponibles, especialmente la interactividad y la experimentación en entornos multidisciplinares que potencien los aspectos lúdicos y de percepción y análisis de la realidad, con objetos reales pero, también, con herramientas multimedia.
El físico Frank Oppenheimer creó en 1969 el primer Science Center (Centro de Ciencia) con estas características -el Exploratorium de San Francisco-, poniendo el énfasis no en una colección de objetos, sino en las preguntas que genera el devenir científico. Siguiendo ese modelo, el Museo de la Ciencia y el Cosmos trata de exhibir la ciencia que afina los sentidos y desarrolla la imaginación.
Como agentes de difusión y promoción de la cultura científica, así como de la educación en general, instituciones como el Museo de la Ciencia y el Cosmos cumplen en este sentido una doble función. Por un lado, contribuyen significativamente al proceso de alfabetización científica de la sociedad como elemento complementario al sistema educativo, durante la educación formal y reglada, intentando incluso despertar las tan necesitadas vocaciones científicas. Y, por otro, desempeñan un papel fundamental en los procesos de divulgación científica orientada hacia los ciudadanos en el contexto de la llamada “educación no formal”, sin olvidar que pueden constituir espacios de entretenimiento cultural y formar parte de la oferta turística de una localidad.
El Museo de la Ciencia y el Cosmos, abierto a la participación del público de todas las edades, es un espacio de inspiración y un generador de emociones que invita a la curiosidad de forma permanente.
En el Museo de la Ciencia y el Cosmos no se exponen en vitrinas objetos de gran valor, sino ideas y experiencias, presentadas al público como “pedazos” de ciencia que invitan a jugar, y a aprender jugando. Los más de setenta experimentos que hay actualmente, realizados en su mayoría en los talleres de este museo, se distribuyen dentro de una sala elíptica similar a una plaza de mercado, clasificados inicialmente en las áreas “El Cuerpo Humano”, “¿Cómo funciona?” y “El Cosmos”, que a su vez incluye las secciones “La Tierra”, “El Sol” y “El Universo”.

SOLICITUD DE PLAZA PARA FORMACIÓN BÁSICA DE PERSONAS ADULTAS O BACHILLERATO. Alumnado nuevo ingreso