Los Reyes Magos de
Oriente (o simplemente Reyes Magos) es el nombre por el que la
tradición denomina a los visitantes que, tras el nacimiento de Jesús
de Nazaret, acudieron desde países extranjeros para rendirle
homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: oro,
incienso y mirra.
Los Evangelios solo
hablan de «magos», en ninguna parte se indican sus nombres, ni que
fuesen reyes, ni que fueran tres (número que posiblemente se deba a
la cantidad de obsequios ofrecidos). Estas creencias fueron agregadas
varios siglos después y se han mantenido en la tradición popular.
Según la creencia
católica, estos magos eran representantes de religiones paganas* de
pueblos vecinos, que los Evangelios ven como las primicias de las
naciones que aceptarán la religión católica.
En algunos países
(normalmente hispanohablantes) existe la tradición de representar a
los reyes trayendo los regalos que los niños les han pedido en sus
cartas durante la noche anterior a la Epifanía.
Los Reyes Magos, por
tradiciones de algunos países, forman parte del pesebre junto a
José, el niño Jesús y María.
La tradición más
difundida cuenta que vinieron de Oriente, en número de tres, y que
iban guiándose por una estrella (celebérrimamente conocida como La
estrella de Belén) que les condujo hasta Belén. Allí buscaron
al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciéndole oro
(representando su naturaleza real, como presente conferido a los
reyes), incienso (que representa su naturaleza divina,
empleado en el culto en los altares de Dios) y mirra (un
compuesto embalsamador para los muertos, representando el sufrimiento
y muerte futura de Jesús). Antes de llegar, encontraron al rey
Herodes el Grande en la ciudad de Jerusalén, quien astutamente les
conminó a que, de regreso, hablaran con él para darle noticia del
sitio exacto donde se encontraba dicho niño; y, así, poder ir él
también a adorarle. (En realidad, lo que quería era darle muerte,
por eso ordenó la matanza de los inocentes).
La historia sigue
contando cómo un ángel se apareció a los magos y les advirtió del
peligro que corría Jesús si ellos obedecían el deseo de Herodes.
Así pues, no volvieron por el mismo sitio. Parece ser que, solo por
el hecho de que el relato evangélico indicara que trajeron tres
dones (oro, incienso y mirra), se dio por sentado que eran tres los
personajes que los traían. Aunque también en algún momento las
distintas tradiciones han señalado que eran cuatro, siete y hasta
doce.
* Que no es
cristiano ni
de ninguna
de las
otras grandes
religiones monoteístas.

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