Un
cuarto de siglo de la pesadilla de Dámaso
Si hay un delincuente que
se ganó la fama a pulso en la historia criminal del Archipiélago
ese es sin duda Dámaso Rodríguez Martín, El Brujo. Puso en jaque a
las fuerzas del orden durante 31 días tras no regresar de un permiso
penitenciario, por el que cumplía condena por un asesinato y la
violación de una mujer. En su alocada huida, violó y asesinó a una
pareja de alemanes y sembró el terror de toda la Isla en plenos
carnavales. Logró burlar el cerco que la Policía tenía sobre su
domicilio en El Batán y entrar en casa de una vecina, a la que
agredió sexualmente. Pero terminó cayendo hará el viernes 19 de
febrero 25 años.
Dámaso vino al mundo el
11 de diciembre de 1944, en el lugar conocido como Las Montañas, El
Batán. Su familia, humilde como las de la zona, intentan darle la
mejor educación pero el joven está más interesado en llevar otra
vida.
Ingresa en prisión por
primera vez el 15 de enero de 1962. Tiene 17 años y es acusado de un
robo. En septiembre de 1963, sale de la cárcel y un año después
decide enrolarse en la Legión y es destinado al Sahara. En 1966, se
licencia y regresa nuevamente a Las Mercedes, donde contrae
matrimonio en 1967. La vida durante estos años transcurre sin
mayores contratiempos y tiene dos hijas con su esposa.
El
8 de noviembre de 1981 agrede a una pareja en El Moquinal, matando al
hombre con una pistola que había robado días antes del coche de un
suboficial del Ejército de Tierra y violando a la mujer. Dámaso fue
condenado por estos hechos a treinta años de reclusión mayor por un
delito de asesinato y a veinte años de reclusión menor por la
violación.
De
un permiso carcelario que le concedieron decide no regresar, esto fue
el 19 de enero de 1991. Roba una escopeta de caza a su suegro
obsesionado con matar a su mujer. El 24 de enero la Guardia Civil
encuentra a una pareja de alemanes que había asesinado en
una zona abrupta del Roque de El Moquinal.
Estuvo buscado hasta que
el día 19 de febrero lo encontraron en una casa de Solís. Después
de un intercambio de disparos se suicida con la escopeta que había
robado. Hasta ese momento vivió oculto y cometiendo varios robos y
alguna agresión por la zona de Anaga a la vez que eludía a la gran
cantidad de policías que lo buscaban, incluso vinieron de la
península miembros del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña
de la Guardia Civil.
Más en:
Más en:
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(http://www.laopinion.es/sucesos/2016/02/14/brujo-bestia-moquinal/655875.html
Antonio
Herrero, La Opinión de Tenerife, 15.02.2016)
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http://eldia.es/sociedad/2016-02-21/6-Ano-despues-Damaso-Brujo.htm
(Silvia Curbelo, El Día, 21/02/2016)
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