Las fechas de la Semana
Santa se determinan a partir del calendario lunar. El domingo
posterior a la primera luna llena después del inicio de la
primavera, en el hemisferio norte, es el Domingo de Pascua
(también llamado de Gloria o de Resurrección), y puede caer entre
el 22 de marzo y el 25 de abril. A partir de ahí se distribuyen el
resto de fechas. La Semana Santa es un tiempo que cambia según el
año. No ocurre lo mismo con otras fiestas cristianas como la Navidad
(25 diciembre), o las natividades de la Virgen María (8 septiembre)
o de Juan el Bautista (24 junio) y de otras importantes fiestas de la
fe cristiana.
Esto fue impuesto en el
Concilio de Nicea (año 325) en el que se promulgó que la Pascua
cristiana (la Resurrección de Cristo) se celebraría "el
primer domingo después de la primera luna llena durante o después
del quinoccio vernal". En consecuencia, astronómicamente,
la Pascua nunca puede caer antes del 22 de marzo ni después del 25
de abril. La enorme importancia que tenía para los cristianos la
Pascua como festividad de la Resurrección de Jesús, les llevó a
creer que dicha celebración no podía llevarse a cabo sin cierta
preparación espiritual. Pensaban los primeros cristianos que debían
acondicionar sus almas durante algunos días de ayuno, penitencia y
oración. Esto sería lo que posteriormente se llamaría Cuaresma.
Todo el calendario
cristiano (nuestro calendario) tiene su origen en la Resurrección de
Jesús. La Resurrección del Señor es la referencia más importante
del cristianismo. Tanto es así que durante los tres primeros siglos
del cristianismo la única fiesta que realmente se celebraba era la
Pascua de Resurrección (la gloriosa resurrección de Cristo), y en
menor medida Pentecostés (el descenso del Espíritu Santo sobre los
apóstoles). Con el paso del tiempo ese acontecimiento fundante de la
Resurrección se fue ampliando alrededor de la Semana Santa, así
apareció el domingo (la palabra domingo significa "El día del
Señor"). Cada domingo es la celebración semanal del misterio
pascual de la Resurrección de Cristo. Podemos decir que cada domingo
es una mini-Pascua de Resurrección. De la misma manera se fue
creando un calendario de fiestas cristianas donde celebrar los
distintos momentos de la vida de Jesús y de los santos y santas,
pero todo el calendario litúrgico tuvo su origen en la fiesta de la
Pascua de Resurrección de Jesús.
El cambio de las fechas
de Semana Santa condiciona la actividad económica, el turismo, el
comercio y el calendario escolar. Esta inestabilidad acabaría si
sale adelante el plan del papa Francisco de establecer una fecha fija
para la Pascua (el segundo o el tercer domingo de abril), para que
deje de depender de conjunciones astrales. Este año, como
consecuencia del Estado de Alarma decretado por el Gobierno Español,
no habrá actos públicos ni procesiones de Semana Santa.

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